viernes, 11 de enero de 2013

Echar a volar



Respiro profundamente y busco en lo mas hondo de mi ser algo que me ayude a comprender que es lo que me esta pasando.
Vacía. Es como si alguien hubiera cogido mi reloj de arena y lo hubiera vaciado en alguna papelera. Así me siento, vacía.
Me despierto y no siento nada. Me acuesto y me siento igual.
¿Será porque los días pasan y todos me parecen igual?

Me siento al borde de mi cama. Miro el teléfono y pienso si hoy sonara.
A veces creo escuchar tu voz a lo lejos y otras veces no oigo nada.
Y tengo frío. El invierno cada vez es mas duro. Los días se hacen mas cuesta arriba.
El mundo sigue cayendo cada vez más y las personas aun siguen caminando de un lado a otro sin saber a donde van.

Miro en lo mas hondo de mi alma e intento ver una luz. Pero no veo nada.
Descubro que todo sigue oscuro como siempre y que cada vez más me invade la soledad.
Ansío el que estés aquí de nuevo, y no encuentro en nada la paz.

Me refugio en la música últimamente. Siento que mis alas se ponen a vibrar con cada nota del piano. Siento que mi voz quiere salir, pero no sale. No digo nada. No dejo salir mi voz. No me siento con fuerzas. A veces estoy tan cansada.

Y hoy me desperté y pensé cuanto gilipollas tengo en mi vida. ¿Y si los borrara? ¿Pasaría algo? ¿Mañana seria un día mejor? No me consuela, pero ya nada lo hace. No encuentro consuelo ni si quiera en sus palabras.
Me miro al espejo y ahora mismo no veo nada.

Las sombras de mi habitación me persiguen. Me hablan. Me dicen que eche a volar. ¿Pero a volar, donde? Sigo sin ver nada. Y cada vez siento mis alas mas vibrar. La idea me perturba. Echar a volar. Esa sensación de libertad pura. Ese brillo, esa luz. Ese deseo de sentir que mi alma vuelve a conectar con el mundo.

Ya no puedo más. Me ahogo. Me ahogo y siento que me olvide de nadar. ¿Cómo se hacia? ¿Primero un brazo y luego el otro? ¿Y como era aquello de caminar? Primero un pie y luego el otro. ¿Y si echo a correr? Nadie se daría cuenta. Nadie me echaría de menos.

Echar a volar. Quién tuviera alas de verdad.

3 comentarios:

  1. Poder volar, lejos, a mundos nuevos, dejando todo atrás... ojalá pudieramos cerrar los ojos y al abrirlos todo fuera diferente... o cerrarlos y no volver a despertar... como bien dices ¿quién nos echaría de menos?... a mí seguro que nadie, pero a ti al menos yo sí te echaría de menos, y no sería la única...

    Cuando quieras volar, ya sabes que aquí tienes cielo suficiente para hacerlo, y te está esperando.

    ¡Besitos neni!

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    1. Yo tambien te echaria de menos, asi que no digas tonterias jajajaja. En madrid casi no hay estrellas, tal vez en Hoyos sea mejor la vision no? Tendre que ir a comprobarlo y ver como me llega la inspiracion :)

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    2. Si yo lo digo son tonterías... si lo dices tú ¿qué es? jajajaja

      Pues ya sabes que aquí las estrellas se ven de maravilla, y que tienes un sitio siempre que lo desees ;)

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