Mi día comenzó siendo un “Losing my religión” y acabo con un "Knockin' on Heaven's Door”. He dormido nada y menos, he paseado por la preciosa ciudad de Belfast arriba y abajo mientras el agua caía sobre mi cabeza y el viento golpeaba mi cara. Me he congelado de frio, pero también entre en calor gracias a un chocolate bien calentito con algo de wisky irlandés, me han cantado en medio de una plaza el cumpleaños feliz un grupo de gente que no conocía de nada, pero que me han hecho sonreír. He regresado a Dublín a media tarde, he cenado como dios manda y termine mi día de una sola manera, como solo yo sé, rodeada de música. He estado en diferentes conciertos, uno rodeada de mucha gente, otro en la calle y al terminar uno en mi propio hotel. Este último ha sido bastante especial porque aparte de que casualmente me haya dedicado el propio cantante una canción sin conocerme de nada y sin saber que hoy era mi cumpleaños, ha ido a tocar casualmente “knockin on heavens door”. Y porque es tan especial esta canción? Por varias razones. Una, porque la toca mi hermano desde que yo recuerdo que sabe tocar una guitarra, dos, porque el tipo que la ha tocado hoy casi era como mi padre, o prácticamente mi padre, y eso me ha emocionado mucho y más en una noche como esta en la que aun espero que me llame para felicitarme, pero en la que se que esta noche no llamara, ni mañana tampoco, que eso no será posible, y me ha emocionado, ha sido raro, pero era como si estuviera ahí. Y el tercer motivo de porque esta canción y no otra, es porque me la sé de memoria y la he podido cantar jajajaja.
Hay momentos en la vida en que uno se plantea muchas cosas. Yo no sé porque hoy no me he planteado nada, sino más bien he sentido como si mi día fuera de lo más normal, y esto es lo que hiciera siempre. Aquí, en Dublín me siento como en casa. Es extraño porque ni vivo en una ciudad como esta, ni tengo ni idea de las costumbres irlandesas, ni se mucho de su historia, y ni mucho menos tengo familia aquí ni descendemos que yo sepa de los celtas, pero sea como sea aquí me siento feliz.
Solo he notado la ausencia en una cosa, que mi familia no estaba aquí. Eso y que mi padre como un año mas no me ha llamado en mi cumpleaños. Otros años siempre llama días después, aunque el pasado año tuve suerte y me escribió un bonito mensaje. Recuerdo que decía que me quería mucho y que era su hija favorita (claro que esto también se lo decía a mi hermana así que…) pero pese a ello, me emocionaba mucho que se acordara de mí y me escribiera esas cosas tan bonitas. Hoy sentí como estaba a mi lado. Al escuchar la canción de “knokin on heaven doors” me he emocionado y he rezado porque mis padres estuvieran aquí.
He echado en falta a mis hermanos. No puedo escribir sobre mi día especial si no hablo de ellos. Pero es la verdad. Los eche de menos y aunque esperaba que mi cumpleaños fuera a su lado y más después de este año tan triste, no ha sido así. Pero sé que un año más están a mi lado este donde este yo o estén donde estén ellos. Sigo diciendo y no me canso que soy como soy gracias a la familia que tengo. Son mi mayor tesoro y hoy puedo decir que soy rica. Que no necesito nada más para ser feliz.
Hablaría esta noche sin parar de mi familia. Pero también debo dejar sitio para mis amigos. Hoy no daré nombres. Hoy no iré uno por uno agradeciendo cada cosa que hacen por mí. Solo diré que gracias. Gracias por ser como sois conmigo. Gracias por estar ahí. Gracias por formar parte de mi vida y dejar que yo forme parte de la vuestra. Gracias por hacerme muchas veces reír, y por otras soportar mis lágrimas. Gracias por quererme y aceptarme. Y gracias por esos momentos inolvidables.
Hoy estoy en Dublín. Estoy escribiendo en la habitación de hotel mi post 100. El último de una etapa. El primero de una nueva. No se hacia donde caminare. O que será de mi mañana. No sé si quiera si lo que hago está bien o está mal. No sé si posiblemente me equivoque al pensar como pienso ahora, al hacer las cosas como quiero hacer, pero lo que si se es que esta noche me acuesto un poco más vieja, pero también un poco más sabia.
Espero y deseo que cada día de mi vida que hoy comienza sea un día para recordar. Sea lleno de más momentos felices que tristes y más cosas buenas que malas. Que cada día este siempre rodeada de buena gente. Que por fin haya aprendido a cerrar puertas innecesarias y abrir otras nuevas y más valiosas. Y sonreírle a la vida un año más.
No estoy muy inspirada hoy. Es raro, pero es verdad. Solo tengo ganas de dormir, de descansar, y de que llegue mañana. De seguir disfrutando de esta preciosa ciudad. Y de ir recopilando mas y mas recuerdos para recordar. Porque hoy no estoy triste, y eso lo tengo que disfrutar. Mañana la vida dictara que hacemos o que nos pasara.
Cerré los ojos con fuerza, pensé en algo que quería con toda mi alma. Me concentre en ello y solo en ello, y sople las velas de mi cumpleaños. Y no hay nada en el mundo que mas quiera que un año más mi deseo se haga realidad y que mis ojos lo vean. Y sé que lo veré. Confío ciegamente en que así será.
Ya no hay deseos de cosas imposibles, ni sueños irreales. Ya no espero que mañana aparezca por la puerta mi madre, y correr a sus brazos como una loca. Pero sí que es verdad que en el fondo de mi corazón una parte de mi lo desea con todas sus fuerzas. No tener a la persona que mas quieres en el mundo es aterrador, pero sin saber cómo ni por qué sacas fuerzas y sigues viviendo.
Hoy es mi cumpleaños. Quiero a mi madre. Quiero a mi padre. Quiero a mi hermano. Quiero a mi hermana y quiero a mi abuela. Son mi familia. Son lo que tengo estén o no estén aquí ya. Y hoy cumplo años. He pasado el día de un lado para otro. Y lo he acabado rodeada de buena música y cantando. Y he sentido como mis manos tocaban las puertas del cielo. Confío y deseo que este sea un grandísimo año. Y lo será.
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