sábado, 16 de noviembre de 2013

No dejes que tu corazon se rinda





Se que no es fácil que te rompan el corazón. Y que esta vez lo hagan con dureza, con dolor. Que te sientas morir cuando te dejan, cuando te abandonan a tu suerte, cuando te dicen adiós.
Se que no es fácil que te levantes de nuevo cuando te han roto el corazón. Se que sientes como tu alma pesa, como notas que el pecho te oprime los pulmones y casi no notas el aire al respirar. Sientes que te ahogas, que te asfixias, y que ya no puedes más.
Te derrumbas, te sientes pequeño e insignificante, y que no quieres vivir más. Que la vida te ha golpeado esta vez con dureza. Y que no entiendes por que. ¿Por qué tu? ¿Por qué a mí?

Llevo una semana de perros. Y no es algo que acostumbre a escribir, pues no iba a ser un mes de mierda, si no más bien iba a ser un buen mes. Noviembre siempre me trae cosas buenas, sentimientos buenos, cosas positivas, momentos inolvidables y gente que me rodea, que me abraza y que me quiere. Noviembre siempre es bueno. Tal vez porque yo nací en este mes o tal vez porque yo lo quise así.
Pero este noviembre es una mierda. Y me niego a escribir el porque. Solo se que quiero que llegue mi cumpleaños, y así empezar a escribir cosas nuevas en este blog. Siento que el mundo de carol, mi mundo, va ha cambiar. Y tengo muchas ganas de ello.

Empecé este post hablando del corazón. Cuando nos lo rompen, cuando nos lo hacen añicos y esparcen nuestros cachitos por la habitación. Cuando sentimos que ya nada lo recompondrá nunca más. Ni habrá nada en el mundo que nos vuelva hacer más feliz. Pero sinceramente, creo que esas cosas nos hacen más fuertes y más valientes.
Hablo del amor, del amor de un novio o una novia, del amor de un amigo, del amor de un ser muy querido o un familiar.
Hablo de cuando una de esas personas nos rompe el corazón y no les importa. Algunas personas no les importan hacernos daño. Entonces piensas, ¿si no me quiere, porque voy a sufrir? Sufrimos porque por naturaleza podemos hacerlo, porque no controlamos nuestros sentimientos, por que sabemos querer. Sufrimos porque forma parte de nosotros. Porque es lo que nos hace ser mas fuertes y mas valientes ante la vida. Porque es el yin y el yang. Porque para ser feliz has de haber sufrido. Porque para saber lo que es querer has de haber perdido.

No es fácil. Claro que no. Pero se por experiencia que igual que te caes, te levantas.

Últimamente echo un vistazo al mundo. A lo que me rodea. Me fijo en mis amigos o en mi familia, y pienso que si los perdiera, me moriría, pero también se que he perdido mucho en estos años, muy buenos amigos y mis seres mas queridos, y aun vivo. Me he muerto un par de veces, no lo voy a negar. He sentido como la vida se me ha escapado de las manos y lo que era morir en vida. Pero también he sabido que en todo túnel oscuro siempre hay una salida, una luz a la que aferrarse con fuerza y luchar.
Lucho cada día por ser feliz, por estar en esta tierra, por disfrutar de cada momento de mi vida.

Mi hermana me dice que siempre escribo cosas tristes, y tiene toda la razón. Se que mi mayor motor a la hora de escribir es la tristeza o los problemas de la vida. La pena, el dolor, un corazón roto. Para mi no hay mayor inspiración que los corazones y las almas rotas. Pero también las personas me inspiran.

Vuelvo a decir que hoy escribo a un corazón roto. Tal vez sea el mío o tal vez hoy no. Si que es cierto que pese a que esta semana es un asco en mi vida, que he tenido más de un palo que no me esperaba, y más de una decepción bastante dolorosa, he sabido ver a las personas con otros ojos. A darme cuenta de lo que tengo y de lo que no. De lo que he perdido y de lo que he ganado. Y me siento afortunada y querida de seguir respirando cada día. De seguir adelante pese a todo con mi vida. De saber una vez mas curarme las heridas, y de no perder la fe en que algún día no muy lejano el mundo y mi vida cambiarán.
Siento que ya cambia, que ante mis ojos he seguido caminando y mi vida va cambiando. A mejor o a peor, eso no lo se, el tiempo lo dirá. Pero si se muy bien es eso, que el tiempo lo dice todo. Que el tiempo es quien te cura las heridas, que te hace recordar lo bueno y olvidar lo malo. Que te permite dejar personas que te hicieron daño en el camino, y así poder volver a caminar.
El tiempo es quien pone a cada uno en su lugar. Y si estamos destinados volveremos a encontrarnos en este camino de la vida.
Y si no es así, siempre nos quedaran los buenos momentos que esas personas nos dejaron.

No hay cura para un corazón roto. Eso ya lo digo yo. Lo descubrí hace unos años y lo he ido viendo con el tiempo. Un corazón roto no necesita tiritas, ni aspirinas para calmar el dolor o curar las heridas. Necesita tiempo. Necesita buena dosis de chocolate y buena compañía. Un corazón roto no puede estar solo en una esquina de una habitación rindiéndose a llorar. No!  Un corazón roto tiene que luchar por volver a juntar cada pedacito, por volver a querer vivir, a querer disfrutar y a sonreírle a la vida!

Ojala pudiera decir que es fácil, pero no lo es. Y aunque el camino a veces sea cuesta arriba, muchas otras veces también es cuesta abajo.
Solo hace falta querer ser salvado, querer ser feliz y listo!. Si tú pones las ganas yo pondré mi mano. La cuestión es no rendirse.

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