Si me quitas el
derecho a soñar, ¿Qué me quedara ahora?
Si me robas las esperanzas de crecer como persona ¿Cómo hare
para tener un futuro?
En la cola de las cajas del supermercado espero sin
impaciencia y despreocupada mi turno para pagar, pero de repente descubro que
todo mi mundo a mi alrededor se está desmoronando. Las paredes se desquebrajan,
el suelo se agrieta, y el mundo comienza a dar vueltas.
Teletransportada a mi habitación noto como cada rincón de
las paredes se caen encima de mí. Una avalancha, eso estoy sintiendo ahora mismo.
Todo me supera y no puedo hacer nada.
Los días transcurren iguales, ya no hay ganas de dormir,
pero tampoco de estar despierto. El mundo se ha roto en mil pedazos. Los días
cada vez son más grises. Las calles cada vez están más llenas de cenizas. Las
bombas por ahora han dejado de caer, y han cesado los tiros en los barrios. El
pueblo sigue en pie, luchando como puede, y aunque nos hayan robado los sueños,
o ya nadie tenga esperanza, aun seguimos luchando por la libertad que
merecemos.
Somos seres libres, iguales ante dios, pero no ante la ley
que ahora reside en nuestro país.
Me duele el alma cada vez que veo a un pobre en la calle
buscando comida en los cubos de basura, mendigando en las puertas de las casas
de gente que tampoco tiene nada que dar, ni nada que llevarse a la boca. Me
duele ver a los niños correr descalzos por las calles, semidesnudos, con sus ropas
rasgadas y botellas en mano en busca de agua gratis que poder beber.
Ya no tenemos trabajo. El gobierno todo lo destruyo. El jefe
de los malvados sigue en el poder y nadie parece ser capaz de echarlo. A veces
creo que por mucho ruido que hagamos nadie en todo el mundo nos escucha. Y yo
siento como mi alma muchas veces se desmorona igual que el suelo en un
terremoto.
Muchas noches lloro por rabia y desesperación. La vida ya me
ha quitado mucho, y no puedo ver a mis seres queridos que dejan de tener ilusiones
o fuerzas para continuar. No puedo ver
como este mundo se hace pedazos. Como todo por lo que lucharon mis antepasados está
desapareciendo a peor. Siento mucha rabia dentro de mí.
Hoy saldré a luchar por mis derechos como ser humano libre
que soy, como persona que merece un futuro mejor, una vida mejor, y un mundo
mejor.
Nadie nos hará callar. Gritaremos más alto, haremos mucho más
ruido y por muchas bombas que caigan a nuestro alrededor, por más miseria que
tengamos, nadie nos detendrá.
Al jefe de los malvados se le ha olvidado una cosa, algo que
se lleva gritando desde hace siglos, algo que es cierto, algo de lo que todo el
mundo debe de ser consciente y no debe de olvidar: El pueblo unido, jamás será
vencido.
Gritemos todos juntos en alto, alcemos nuestra voz, cojamos
nuestras armas (la humildad) y salgamos a la lucha por un mundo mejor.
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