jueves, 18 de octubre de 2012

Sin lucha no habrá libertad


Si  me quitas el derecho a soñar, ¿Qué me quedara ahora?
Si me robas las esperanzas de crecer como persona ¿Cómo hare para tener un futuro?

En la cola de las cajas del supermercado espero sin impaciencia y despreocupada mi turno para pagar, pero de repente descubro que todo mi mundo a mi alrededor se está desmoronando. Las paredes se desquebrajan, el suelo se agrieta, y el mundo comienza a dar vueltas.

Teletransportada a mi habitación noto como cada rincón de las paredes se caen encima de mí. Una avalancha, eso estoy sintiendo ahora mismo. Todo me supera y no puedo hacer nada.

Los días transcurren iguales, ya no hay ganas de dormir, pero tampoco de estar despierto. El mundo se ha roto en mil pedazos. Los días cada vez son más grises. Las calles cada vez están más llenas de cenizas. Las bombas por ahora han dejado de caer, y han cesado los tiros en los barrios. El pueblo sigue en pie, luchando como puede, y aunque nos hayan robado los sueños, o ya nadie tenga esperanza, aun seguimos luchando por la libertad que merecemos.
Somos seres libres, iguales ante dios, pero no ante la ley que ahora reside en nuestro país.

Me duele el alma cada vez que veo a un pobre en la calle buscando comida en los cubos de basura, mendigando en las puertas de las casas de gente que tampoco tiene nada que dar, ni nada que llevarse a la boca. Me duele ver a los niños correr descalzos por las calles, semidesnudos, con sus ropas rasgadas y botellas en mano en busca de agua gratis que poder beber.

Ya no tenemos trabajo. El gobierno todo lo destruyo. El jefe de los malvados sigue en el poder y nadie parece ser capaz de echarlo. A veces creo que por mucho ruido que hagamos nadie en todo el mundo nos escucha. Y yo siento como mi alma muchas veces se desmorona igual que el suelo en un terremoto.
Muchas noches lloro por rabia y desesperación. La vida ya me ha quitado mucho, y no puedo ver a mis seres queridos que dejan de tener ilusiones o fuerzas para continuar.  No puedo ver como este mundo se hace pedazos. Como todo por lo que lucharon mis antepasados está desapareciendo a peor. Siento mucha rabia dentro de mí.

Hoy saldré a luchar por mis derechos como ser humano libre que soy, como persona que merece un futuro mejor, una vida mejor, y un mundo mejor.
Nadie nos hará callar. Gritaremos más alto, haremos mucho más ruido y por muchas bombas que caigan a nuestro alrededor, por más miseria que tengamos, nadie nos detendrá.

Al jefe de los malvados se le ha olvidado una cosa, algo que se lleva gritando desde hace siglos, algo que es cierto, algo de lo que todo el mundo debe de ser consciente y no debe de olvidar: El pueblo unido, jamás será vencido.
Gritemos todos juntos en alto, alcemos nuestra voz, cojamos nuestras armas (la humildad) y salgamos a la lucha por un mundo mejor.

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