Cuando empecé a escribir en mi blog pensé que seria bueno
para mi cabeza, que todas las cosas que se me pasaran tenia que escribirlas,
todo lo que me daba alguna razón para inspirarme tenia que expresarlo en
palabras, y pensé que posiblemente podría dejar que la gente conociera un
poquito mas de mi.
Ahora pienso que mi blog es mi mundo. Es un sitio virtual
donde escribo todo lo que quiero sin importarme lo que otros digan o piensen,
aunque cuando son cosas buenas hacia lo que escribo ayuda mucho a seguir haciéndolo.
Pero nunca pensé en mi blog como algo que pudiera ayudar a
otros, o entretuviera, o simplemente como si fuera algo que lo hiciera a propósito
de querer que lo lea alguien en especial, en verdad sigo escribiendo en mi blog
porque me da esa libertad que por desgracia con mis amigos no tengo.
Aquí puedo decir lo que quiera, pensar lo que quiera, o
inspirarme en lo que quiera, sea triste o alegre, a mí me hace sentir mejor.
A veces los amigos nos defraudan. No podemos esperar nada de
las personas porque si no siempre nos defraudaran, pero yo no pienso así. Pienso
que me encantaría que alguien hiciera por mí lo mismo que yo hago por otros, o
que siempre pudiera tener un amigo con el que contar para lo bueno y para lo
malo, y a veces esas cosas escasean.
A veces solo puedes tener o una cosa u otra, y no debería de
ser así.
Han pasado muchas personas por mi vida, algunas siguen y
otras no. Algunas me han defraudado como amigo y otras me han sorprendido tanto
que he llegado a aprender mucho de ellos.
Se que no podemos salvar a todas las personas del mundo y pensé
que tal vez si se pueda salvar a unas pocas.
A veces somos como Ángeles para algunos, llegamos a sus
vidas, les ayudamos a andar, les enseñamos lo que es la fuerza y cuando echan a
volar solos y no te necesitan, tenemos que decir adiós.
A mi me pasa ahora. Tengo que decir adiós y no se como
hacerlo. Son tantas cosas que ya me han pasado en mi vida, tantos adiós que he
dicho y tantas personas que he perdido por el camino, que perder una mas
cuesta.
La lista de pérdidas siempre es más larga que la de
presentes.
Hoy me siento sola. Me pongo frente a mi ordenador y quiero escribir algo
positivo, pero me ha salido esto. He comenzado a teclear y he dejado que por
una vez sea mi corazón el que escriba y no mi cabeza.
Hoy no hay inspiración, solo hay verdad, sentimientos
sinceros, ahogados, tristes.
¿De verdad que tengo que decir adiós?
Duele, se siente dentro y duele. Es como si notaras en cada
bocanada de aire como te pincha el alma. Y duele mucho.
Y se que mañana me levantare y que la vida seguirá ahí aunque
sea con alguien menos en mi lista de felicitaciones de navidad, pero eso no
quita que duela.
Supongo que esto siempre es así, un día decimos “hola” y
otro decimos “adiós”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario