jueves, 30 de julio de 2009

Si estuvieras aqui...


Nunca le he hablado a nadie de la muerte.
No el pensar que querría morirme, si no mas bien como es estar tan cerca de ella y mas aun que sea doloroso ver como se acerca a tus seres queridos y tú sin poderla detener, se los lleva sin contemplaciones.

Mi razón de vivir era mi madre. Todos mis allegados lo saben. La quiero más que a nada en este mundo y lo es todo para mí.
El día que se marcho sentía un gran vació unido al miedo, a la tristeza y a la desesperación. Pero la prometí que no lloraría y así hice.
Desde un lado ví como se la llevaban y como la enterraban y supe que nunca mas la volvería a ver.
Incumplí mi promesa porque en ese mismo instante rompí a llorar.

Yo me aferre a la esperanza de que viviría más que a mi propia vida. Mas que a las ganas que se tiene de vivir y luchas por seguir vivo.
Ella era mi vida. Mi todo. Mi mundo, mi alma, mi ser. Era la razón de respirar, la razón de seguir adelante, y hoy día lo sigue siendo para mí.
No me acostumbro a perder. De hecho rezo todos los días para que sea yo quien se vaya antes que todos mis seres queridos.

Hacerse a la idea de tal suceso no es fácil. No es sencillo. No puedes hacerte a la idea de que alguien se va a marchar para que así el adiós sea menos doloroso. Duele igual. De la misma intensidad que si te aferras a la esperanza de que no se irá.
Pero el superarlo es muy difícil.
Hay personas que lo aceptan pronto y pueden vivir con ello con total tranquilidad. Otras, como es mi caso, no lo asimilan y viven aun con la esperanza de que volverán.
Pero un día despiertas y ves que esa persona aun no ha vuelto y el golpe contra la realidad es muy duro.
Intentas vivir con ello, seguir con tu vida, porque de alguna manera, aunque pasen cosas así, la vida sigue, el mundo sigue girando y la gente sigue caminando. Y no te queda otra que seguir con ellos para no quedarte atrás. Aunque a veces no sabes por donde caminar.

Siempre he pensado que si pudiera volverla a ver la diría muchas cosas, pero creo que en vez de decirla que la quiero y la hecho de menos, la abrazaría. No haría otra cosa nada más que abrazarla. Sentirla junto a mí.
Hablarla lo hago todos los días, incluso hasta cuando duermo, pero abrazarla… ya no la recuerdo. No recuerdo su aroma, o las cosas que le gustaban.
Si pudiera verla otra vez la abrazaría, me agarraría a ella como me agarraría a la vida.

Ahora hay personas que pasan por estos momentos, que viven estas situaciones. Amargas, desesperantes, tristes.
Yo por mi experiencia solo sé que si volviera en el tiempo y volviera a cuando la veía apagarse a cada minuto que pasaba, haría muchas cosas que nunca hice.
Me seguiría aferrando a la esperanza, sin duda alguna lo volvería hacer, pero la diría que la quiero mil veces y muchas más. Hablaría con ella sobre sus gustos, sobre su vida, sobre sus sueños. La preguntaría mil cosas que ahora no se. Haría más por conocerla. Le contaría algunos secretos que nunca dije y que me hubiera gustado que supiera. Le habría cantado muchas veces hasta que se hubiera cansado de oír mi voz.
Y habría llorado, cierto. Habría llorado todo lo que nunca llore y ahora lloro.
Habría gritado, me habría enfadado con dios y con la vida, y le habría dicho que no quería que se muriera. Le habría dicho cuanto de importante es para mí. Y sobre todo le habría dicho que se que me quiere y que siempre me quiso.
No me habría apartado de ella en sus últimos días. Ni habría dejado que me apartaran.

Pero pensar estas cosas ahora de nada sirve. No tengo el poder de volver al pasado, de volver atrás.
Ella se marcho, y me cueste lo que me cueste aceptarlo tengo que seguir adelante, porque el mundo sigue girando.

Pero no dejo de pensar en lo que habría echo y es por ello que ahora si hago cosas que antes no hacia. Soy más atenta con los míos, y aprovecho cada momento que tengo libre para hacer cosas por ellos y para ellos.
Y aprecio más la vida. La veo con otros ojos y la siento de otra manera. Quiero pensar que eso me lo enseño ella.

El mundo es distinto con su ausencia. Pero desde que no esta la siento mas cerca. Puedo contar con ella siempre. Y cuando estoy triste, cuando toco fondo y acabo por los suelos llorando desconsoladamente, siento como me da la mano y me levanta para seguir adelante.
He encontrado en ella ahora lo que nunca tuve y se que siempre estará conmigo. Donde vaya, donde camine, donde me quede, estará conmigo.

5 comentarios:

  1. Carol por mucho que digas,no estas bien.Es muy triste,sabes que me tienes cuando quieras.Besos

    ResponderEliminar
  2. este post no lo he escrito para mi, si no mas bien para el que pase por lo que yo he pasado y entienda que cada minuto de la vida cuenta y que cada cosa que hagamos o no hagamos cuenta.
    Yo estoy bien. No me queda otra que estarlo. He aprendido a quererme y apreciarme asi que no me quejo de mi vida, pero gracias por preocuparte.

    ResponderEliminar
  3. es profundo lo que escribidte...
    gracias por seguir mi blog...yo al tuyo lo encontré dando vueltas por ahí y me encantó, caro me alegra poder compartir con vos esta pasión por las letras...

    ResponderEliminar
  4. Hola.....hando por aca un rato...y solo paso a saludarte..

    Bye

    ResponderEliminar
  5. caro por dónde andás? espero leer algo tuyo pronto..besos, y cuidate

    ResponderEliminar