
Hoy el sol me deslumbro. Desperté y me cegó su luz.
Pensé que había muerto, que era eso lo que encontraría si no volvía a abrir los ojos, y por un momento sentí que era agradable sentirse así, en paz.
Pero abrí los ojos y vi que a mí alrededor seguía estando todo lo que hay en mi habitación.
Me siento rota. Me siento desanimada, y parece que esto no cambia nunca.
Y te preguntas cuando cambiara, pero los días pasan y todo sigue igual.
Hasta que te das cuenta que tal vez la vida no cambie si tú no haces por empezar a que sea diferente.
Alzo mi voz para cantar más alto. Mi alma se refleja en la música que sale a través de mis labios. Noto que la música me da paz. Alivia el dolor que llevo dentro.
Me siento en mi cama y pienso, “ojala hubiera sido músico”.
Me gusta hacer fotos. Me siento como una pequeña ladrona que va robando momentos bonitos, mágicos, almas perdidas, o sonrisas sin destinatario. Y pienso “porque no haré más fotos cada día”.
Mucho decimos de hacer y al final nunca hacemos nada. La rutina de cada día se ha vuelto contra mí. Me esta ganando. Me arrastra cada vez más a su terreno. Y no quiero. No me quiero dejar llevar por un mundo lleno de rutinas y cosas que no quiero.
La vida es esta. No hay más. No moriré y volveré a nacer, ni tendré otra oportunidad. Si no es ahora ¿Cuándo será?
Me levanto despacio. Me lavo la cara. Me miro en el espejo y me veo a mí. Pero esa no soy yo. Esa no quiero ser yo.
Me gusta las cosas que hago, como soy, mi manera de ser, me siento por una vez feliz conmigo misma. Me quiero más de lo que pensaba. Y aun me miro al espejo y noto que me falta algo.
Se que siempre me faltara algo para completar mi felicidad. Se que mi vida siempre estará partida en dos. Pero puedo ser capaz de que una parte de ella sea feliz. Se que hoy puedo sonreír.
Mañana no se como será el día. Y tampoco se que me deparara el karma.
Sinceramente me da igual. Yo quiero vivir la vida. Mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario